martes, 27 noviembre 2007
* La sustitución de dunas naturales con instalaciones turísticas alteró los equilibrios, señala estudio de la UNAM * La instalación de geotubos no resuelve el problema, simplemente retarda el proceso erosivo
Por Gerardo Reynoso
La falta de playas en Cancún no se debe a la erosión o a problemas naturales como el paso de huracanes, sino a la destrucción de gran parte de las dunas a lo largo de los últimos años. Conforme a un estudio elaborado por la Universidad Autónoma de México sobre la recuperación de playas, ha quedado establecido que no se trata de un problema natural sino de un hecho realizado por el hombre, la falta de arena en las playas de este destino turístico.
El diagnóstico de la erosión en las playas del Caribe realizado por el Programa de Medio Ambiente de la ONU en 2003 definió la gravedad del problema: "La actual erosión de las playas ha causado déficits en la entrada de arena natural, y el nivel del mar se ha acelerado considerablemente como consecuencia del efecto negativo del balance sedimentario de la sustitución de dunas naturales con instalaciones turísticas".
De acuerdo con el ingeniero de la UNAM Rodolfo Silva, "la zona turística de Cancún alteró los equilibrios y se inició un proceso de cambio paulatino a escala de tiempo humano, pero vertiginoso a escala geológica… en sólo 30 años, para un sistema que tiene 2 mil".
Asimismo Iván Hernández, encargado del proyecto de recuperación de playas por parte de la Secretaría de Infraestructura y Transporte, Sintra, afirmó que ante esta situación se trabaja en tres vertientes científicas: La cinemática de las partículas —comportamiento de la arena—, la prospección de bancos de arena en casos de emergencia y un trabajo de investigación para revisar el modelo de equilibrio entre el sistema costa-laguna de Cancún.
Después de perder más de la mitad de la arena en las playas de Cancún por el huracán "Wilma", en el 2005, las autoridades de Quintana Roo buscaron a ingenieros de la UNAM para complementar las tareas de recuperación de playas con la instalación de una serie de geotubos para evitar más erosión.
Dentro de la segunda fase del Programa de Recuperación de Playas, el gobierno del estado empezó en abril de 2007 la colocación de 77 sacos de arena —llamados geotubos— para incitar la acumulación de arena y evitar su pérdida, hasta ahora provocada por la falta de una zona de disipación de la energía de las olas con dunas naturales.
Con la barrera de geotubos, cuyas membranas son de textil de poliuretano, se busca que dentro del agua sirvan de contención para retener la arena que actualmente regresa al mar.
Así lo explicó Rodolfo Silva, investigador del Laboratorio de Olas del Instituto de Ingeniería de la UNAM, donde se diseñó la estructura. Silva ha analizado la ingeniería del sistema Cancún durante 10 años, y sus estudios concluyen quela colocación de infraestructura en la zona de playa ha causado una barrera artificial que no permite la formación convencional de dunas que recarguen la zona, además de que anula el intercambio natural de agua salada y dulce en la zona con la obstrucción de bocas naturales.
"La propuesta de estructuras (de geotubos) no resuelve el problema, simplemente retarda el proceso erosivo. La construcción de estas estructuras representa menos de 5 por ciento de lo que costó el bombeo de arena, y mucho menos de lo que pueden costar otras opciones", dijo Silva.
En los últimos diez años Cancún generó más de 20 mil millones de dólares por turismo, en contraste con los 20 millones que se han destinado para su mantenimiento en los últimos 30 años, según datos proporcionados por Silva. En contraste, Japón ha invertido mil 500 millones de dólares en un sólo año en mantenimiento de sitios turísticos.
El investigador considera que, como medida temporal, los geotubos son buena idea, ya que no requieren grandes inversiones y pueden removerse cuando se precise, pero enfatiza la necesidad de más inversión para su mantenimiento.
Evalúan función de geotubos
Para Silva, el problema de erosión en Cancún tiene su origen no sólo en los ciclones que azotan la zona —más de 46 desde 1970—, sino también en el agravamiento provocado por la rigidez que el complejo laguna-playa ha adquirido con el tiempo.
"Las lagunas eran un amortiguador hidráulico natural para condiciones de tormenta, protegiendo las playas", detalló.
El proceso de reducción de playas indica que el sistema "bombea" arena hacia afuera, por lo que las marejadas y tormentas no son amortiguados por las antes zonas "elásticas" o naturales.
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