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sábado, 26 de enero de 2008

El Gran Hermano nos vigila

Nos observan: Hungerhill, American Express y el Proyecto de la Cámara 3582

La ciencia se ha incrementado que la tecnología esta lista para el sistema de control mundial del anticristo. La desaparición del dinero en efectivo por medio del dinero electrónico y junto con la globalización eso llevará a unificar el dinero en una sola moneda electrónica mundial, después en la gran tribulación vendrá el "chip 666" en la mano derecha o frente en el hombre y sin ella nadie podrá comprar y vender en ese tiempo. Daniel 12:4, Apocalipsis 13:5-7, 13:16-18 y 14:9-11

Escrito por Rafael Juarbe Pagán* / Especial para Claridad

“Dadme libertad, o dadme la muerte”
Patrick Henry

Eric Blair, conocido como George Orwell, murió siete meses antes de que se publicara su obra 1984, la cual gana mayor vigencia con el pasar del tiempo. Más que una profecía constituye una advertencia que en definitiva el mundo no ha tomado en cuenta como parte de su construcción contemporánea. Su muerte precisamente se da en Londres, lugar donde se exhiben todas las prácticas de ficción que el autor imaginaba en el futuro. Una famosa expresión de la novela resume con gran atino su contenido: “El hermano mayor te está vigilando”. El mundo que imaginó poseía todo un sistema de espionaje a través de la electrónica, donde las acciones de una persona estaban siendo investigadas por una red articulada de investigación.Como una escena donde se trae a la realidad la novela, la escuela secundaria de Hungerhill, en Edenthorpe, Londres, inició con 10 alumnos un plan piloto, donde estos cargan en sus uniformes un micro chip conocido como “Identificación por Radiofrecuencia” (RFID), que los identifica desde el momento justo en que ponen un pie en la escuela. La memoria de este aparatito, que, cual mercancía de supermercado registra absolutamente cada detalle del estudiante, porta desde el registro a clase hasta la ubicación física del alumno. La justificación se ha basado en la celeridad y puntualidad en el registro diario del desempeño estudiantil. Tal práctica es el resultado de una historia que refleja el uso de cientos de cámaras que siguen y persiguen las actividades cotidianas, vislumbrándose incluso la posibilidad de que su material genético sea rigurosamente archivado y clasificado.De la misma forma American Express ha presentado una patente que describe un método de hacer seguimiento de personas por centros comerciales mediante lecturas continuas y sin consentimiento, utilizando el chip RFID de sus tarjetas de crédito. Una etiqueta RFID es un dispositivo pequeño, similar a una pegatina, que puede ser adherida a un producto, animal o personal. Contiene antenas que permiten recibir y responder a peticiones por radiofrecuencia desde un emisor receptor.El ser humano cada día se somete más a sus miedos, a las expectativas que sobre él han proyectado los que lo rodean y del contexto que le ha tocado vivir. Producto de ello no nos cuestionamos los objetivos y principios de un mundo de alegadas libertades, donde la seguridad no puede ser excusa para la persecución.
Benjamín Franklin dijo una vez: “Cualquiera sociedad que renuncie a un poco de libertad para obtener un poco de seguridad no merecerá ni lo uno ni lo otro y perderá ambos”.
Mi intención es ponernos sobre aviso, ya que la genialidad de nuestra legislatura me lleva a confiar en la posibilidad de repetir prácticas similares.
Para quienes aún duden de sus mentes creadoras, les exhorto a hojear el Proyecto de la Cámara 3582 titulado “Código de Protección y Seguridad de Visitantes, Empleados e Inquilinos de Centros Comerciales”. El mismo pretende darles facultades a los administradores de los Centros Comerciales a adoptar y hacer cumplir sus propios “Códigos de Conductas”, con la disfrazada justificación de promover la sana convivencia de los usuarios que visitan un Centro Comercial. La nueva propuesta legislativa añade poderes a los administradores privados, a regular el comportamiento ciudadano (sin legislación previa), de un espacio reconocido como el sustituto de las plazas públicas y otros centros de reunión en las comunidades (ver E.P.D., Inc. v. H.I.E.T., 150 DPR 924).La posibilidad de alianzas entre administradores de un Centro Comercial en su capacidad de regulador social (a través de esta legislación), con empresas como American Express y agrandado a la infinidad posible de tarjetas de crédito, me sugiere que nos dirigimos a la persecución permanente e inescrupulosa, donde llegará el momento que nos revisarán hasta el más mínimo movimiento.Recogiendo las prácticas iniciadas en la escuela de Hungerhill en Londres, el intento de hacer legal la persecución por American Express a través de su RFID y el Proyecto de la Cámara 3582 como corolario a otras legislaciones de igual envergadura que probablemente ya vienen de camino, exhorto a no dejarnos arrastrar en el desmantelamiento de lo poco que queda de nuestras libertades civiles, las cuales cada día más, con Actas Patrióticas y con persecuciones discriminadas, quedan en entredicho.De lo contrario seremos seres dedicados a nuestra entera vigilancia, donde nuestra existencia se limitará a una reja, a una alarma, a un censor (chip RFID) o cualquier tecnología que nos vigile y nos desarrolle de igual modo como vigilantes, imperando la desconfianza del otro en cada espacio de vida.* El autor es Profesor de la Facultad de Derecho Eugenio María de Hostos.

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